Salimos de Cancún, nuestro destino es Puerto Juárez. Este lugar ya casi absorto por la ciudad de Cancún posee una centena de años y es lo que queda del puerto que comerciaba previamente con Isla Mujeres. Si bien una ciudad joven como Cancún ha prosperado rápidamente acabando con tal privilegio. Nuestra única misión aquí tiene que ver con esto, vamos directos al puerto para coger un barco a Isla Mujeres. Resulta ser un ferry que conecta ambos puertos en apenas 25 minutos.
Lo primero que llama la atención en la llegada a Isla Mujeres es su denso tráfico, de carritos de golf. Están por todos sitios, la isla tiene apenas 9 kilómetros de largo y sus habitantes han encontrado en este vehículo el modo perfecto de economizar gastos. Además estos se alquilan a los turistas de forma masiva lo que se podría denominar como temerario, algunos de ellos conducen con una mano mientras aguantan su cerveza con la otra, como si trataran con un juguete, otros los hacen derrapar o lo ponen a dos ruedas en las inmediaciones del puerto, vamos que a cualquiera le dan uno por aquí. Puede parecer peligroso, pero eso por la zona tiene arreglo, ponemos centenares de badenes y ya no puedes ir rápido ni en bici.
Nos alojamos en un albergue cercano al mar, pero se encuentra en la costa este de la isla. Nos han comunicado que, como norma general, en las islas del caribe mexicano solo una costa es factible para el baño y en el caso de Isla Mujeres el lado oeste es el afortunado. Existen dos poblados en la isla, aunque pocas zonas de esta se han librado de la privatización.
La noche de nuestra llegada recibimos una invitación de nuestro hostal. Esta consta de una consumición gratis en el bar de la playa que se monta a partir de las once de la noche. Por supuesto accedemos a tan hábil reclamo. Acabamos bebiéndonos más de una, y más de dos... además el simpático argentino que nos sirve, nos calienta el piquito con unos tequilas, lo que empezó con una consumición gratuita acabará con una resaca fortuita. Finalmente conocemos a varias personas con las que intercambiamos varias conversaciones. El más llamativo, un capitán de velero que trae a unos europeos desde Cuba, con un mástil roto debe de llegar ahora a Miami para arreglar tal desperfecto, toda una pena pues ya nos veíamos en Cuba chico... Todos los tripulantes del velero resultan ser unos personajes tremendos. Nos invitan a cenar al día siguiente en su barco, pero al día siguiente ya no recordamos ni el nombre del barco, ni donde decían que se encontraba amarrado. Toda una pena, pero así es el alcohol. Tendremos que empezar a recorrer la isla con nuestra primera resaca mexicana.
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El poblado en Punta Norte bien podría llamarse zona hotelera, ocupa la escasa anchura (este a oeste) de la isla en esta zona. Aquí se encuentra el puerto, cara a cara con la península de Yucatán. El paseo marítimo está abarrotado de restaurantes que ofrecen marisco bien fresco, hoteles, tiendas de souvenirs y rentadores de carros de golf y scooters. Hay un punto de información turística con gente muy agradable y de gran ayuda. Al final del puerto comienza la playa, justo en la esquina más pegada al norte encontramos un "Café del Mar Ibiza" pero que cambia el chillout por una lista de reproducción de la "MTV". Las playas son bonitas. Cerca de la orilla poseen gigantes sacos llenos de arena que de lejos parecen rocas redondeadas, llegamos a la conclusión de que están ahí para contener arena en la playa (Nos han comentado que en Cancún anualmente se deben rellenar las playas con arena importada de otros lugares). Por desgracia la orilla se encuentra también repleta de hamacas "solo para huéspedes" de los hoteles colindantes que se encuentran adosados a lo largo de la costa, hasta llegar a una zona federal. Aún no sabemos exactamente lo que esto significa, pero las zonas federales (en su mayoría salvaguardadas por el ejercito) suelen ser casas que rozan el lujo o puertos privados con yates, aunque también hay terrenos sin edificar con carteles anunciándolas y prohibiendo el paso o incluso alguna cala. Hay un peñón enorme al noreste de la isla donde se ha ubicado otro resort que lo abarca completamente, adjudicándose para ellos el "Baño del rey", y hasta han construido un puente de madera que lo comunica con la isla por el que circulan incluso vehículos. Una vez giras hacia la costa este encontramos nuestro albergue y un paseo que recorre la costa a lo largo del poblado. Hay un pequeño aeropuerto con pista de arena y una ínfima torre de control y mucha, mucha presencia militar. Una base de la marina mexicana se encuentra situada justo entre el poblado y el aeropuerto. Nos aficionamos a la comida que sirven en "La Lomita" donde una familia se encarga del servicio completo, madre e hija se ocupan de la cocina y el padre ( conocido como "el tigre" por su habilidad en comer carne cruda) del servicio a mesa en un lugar con pocas mesas pero con clientes asiduos. Varios habitantes de la isla recogen aquí su comida para llevar de modo que el plato del día puede acabarse antes de la cena. También residen aquí algunos lugareños y este pequeño poblado cuenta con escuela primaria e incluso cementerio.
El segundo poblado (Miraflores) se encuentra justo en el centro de la isla y supera en tamaño al primero. Hay varias escuelas, parques, una enorme laguna (Salina Grande), un estadio de béisbol, varios espacios deportivos, e incluso se puede encontrar algún lugar para pernoctar. Hay varias tiendas, incluso un "Chedraui" (con múltiples productos de marca "Serpis" que nunca antes había visto en una tienda) que son como los "Eroski" españoles. Encontramos además otro cuartel militar y el complejo residencial de estos. Este pueblo posee mucho más encanto que el anterior y varias casas de colores embellecen las calles, un buen lugar para sentirse un poco más en México. Muchas iguanas suben a los muros en los días soleados e incluso cruzan por la carretera. Aquí se encuentra la Hacienda Mundaca, antigua vivienda de un pirata con este nombre.
En Punta Sur reinan la figura de Ixchel (diosa de la luna) y una enorme iguana (símbolo de la isla) a la entrada de un museo de esculturas contemporáneas al aire libre, junto al faro y rodeado de acantilados impresionantes. Se puede acceder bajo previo pago. Tiene un acceso a un paseo de madera que recorre parte de Punta Sur por la costa oeste con hermosas vistas al acantilado.
La costa este es a mi parecer la parte más bonita de la Isla Mujeres, un paisaje de rocas y olas digno de ver, la playa un cementerio extenso de caracolas de distintos colores y edades las cuales acaban formando su blanca y brillante arena, algunas ya como fósiles de piedra y otras rebosantes de color de varios tamaños. Casi todas dañadas, pues entre turistas y artesanos continuamente desaparecen las perfectas. Hay algunas casas y varios terrenos en venta. Mucho lugar aún sin edificar con su belleza intacta. Casi al sur de esta costa han decidido construir el vertedero. Que le vamos a hacer...
Costa este |
En la parte oeste la laguna Makax separa el pueblo de una segunda zona hotelera. Las zonas federales ocupan la mayor parte de esta laguna con salida al mar, otras partes llevan el cartel de "concesiones" y también son privadas. En la costa varias playas aunque de nuevo pocos accesos. Acabamos colándonos por una granja de rehabilitación de tortugas para dar con la playa. La costa esta llena de algas, los hoteles ya no son adosados sino amplios resorts con piscina acaparando una cala por unidad hotelera. Cada uno de ellos ha construido un pequeño embarcadero frente a "su" playa, de este modo el turista puede disfrutar del mar sin tenérselas que ver con las algas y las garzas siguen encontrando su alimento en estas nutrientes plantas marinas.
De nuevo tanta propiedad privada nos defrauda, además de indignarnos el hecho de que se prive a los mexicanos de su propio suelo en beneficio de turistas e inversores extranjeros. La isla la recorremos entera a pie utilizando un par de días para tal hazaña. Un poco decepcionados decidimos seguir nuestro camino y dejar atrás esta parte del caribe que personalmente me parece algo sobrevalorada. La única conclusión que sacamos de este destino es la de pasar de largo tanto Playa del Carmen como la isla de Cozumel.
Fotos aquí.
By Chucho
1 comentario:
"lo que empezó con una consumición gratuita acabará con una resaca fortuita" que grande!!!
El pirata Mundaca tiene nombre de pueblo vasco, mola!
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